Ahora que el tiempo nos deja vislumbrar
lo que ya fuimos. O la suerte de ser omnipresencia,
memoria de los hombres,
el cuerpo ya restituido de las causas.
Esas que son las utopías, los derechos del bien
o las hostilidades que son el ultimátum.
La amenaza total de la paloma,
de los niños desnudos, la materia explosiva
o esa desigualdad de la Edad media
y de la Edad de siempre, que nos ocupa espacio,
dignidad o piedra, la tortura o todo.
Y el no saber dónde gastar el tiempo que nos queda.
Ahora que hay más de todo y la maldad
de siempre o más de la que hubo,
(sin que sirva de precedente...)
deberíamos coger un libro cada tarde
y ser felices.
Del libro "Con el calor de la mirada", página 54
No hay comentarios:
Publicar un comentario